Sí, debo reconocerlo, dudé... dudé de ustedes y hoy me arrepiento. Pero comprendan, estaba acostumbrada a lo que yo llamaba magia, la magia de antaño, la magia de cada dos años... la magia con la que crecí...
Nunca dejé de verlos, a pesar de todo, siempre les fui fiel, por que lo demás no me convence y es que es difícil no enamorarse de lo que ustedes hacen. Comencé a verlos con recelo, extrañando aquello y poco a poco me di cuenta que la magia no se había perdido, sólo era otra magia... sólo eran otros magos... demostraron que no necesitan cómicos sin gracia como los del otro lado, demostraron que el cambio es bueno y que son los mejores haciendo su trabajo. Innovaron, nos emocionaron, nos ilusionaron y nos divirtieron. Sólo ustedes, magos nuevos con magias sorprendentes; juglares, cronistas, narradores... sólo ustedes...
GRACIAS, gracias por su entrega y su dedicación... GRACIAS, por que si bien, la magia del pasado no la vamos a olvidar, la magia que ustedes han creado seguirá con nosotros ahora: esta es la magia del presente, la magia de siempre... la magia de Azteca Deportes...
Benditos sean...
Si bien coincido en casi todo, yo te puedo decir que sólo la mitad de la magia me gustó. No por ser misógino, pero la mayoría de las cápsulas o intervenciones de mujeres fueron nefastas. La única rescatable y sobria era Greta y tal vez Regina (qué bella es).
ResponderEliminarYo opté por ver sólo pocos programas y a medias, los pocos que vi me mataron de aburrimiento y de desagrado, en su lugar preferí ver ESPN... donde están los mejores desterrados que TV Azteca tuvo: Ciro Procuna, José Ramón Fernández, Carlos Albert (maestro de maestros), Rafa Puente, David Faitelson.
Sin embargo, cuando las opciones son sólo de tele abierta, pese al maltrato al televidente que hizo Azteca, es mucho mucho mejor que Televisa, donde el único comentarista que vale la pena de ahí es Gómez Junco (salido de las filas de Azteca).
Que viva Luis García, Jorge Campos y Christian Martinolli, que sin ellos tendría que soportar la plástica y asquerosa conversación del Monopolio.
Alfonso Muñoz.