20090714

Por la coladera

Sonrió… podía sentir el dulce olor de la muerte… siempre lo olfateaba… lo aspiraba… ese era su oxígeno… cerró los ojos y esperó… movía la mano derecha con ansiedad… escuchó sus pasos a lo lejos… eran los suyos, no cabía duda… los conocía de memoria, tenían una cadencia imposible de olvidar… sonrió… sacó un cigarrillo y lo encendió… dio una fumada larga… eterna… y esperó con los ojos aún cerrados… los pasos se acercaron… sonrió de nuevo… fumó de nuevo y luego le arrancó la vida al cigarro con su mano… aspiró profundamente… reconoció también ese nuevo aroma… miedo… ese también era su oxígeno… miedo… muerte… ambos entremezclados… ahí estaba, justo frente a él… le daría un poco de ventaja… eso siempre lo hacía más divertido… más excitante… un metro… dos… tres… comenzó a caminar y sus pasos resonaron por todo el lugar… más miedo… sí, ya lo había visto… ya se había dado cuenta que le seguía… sus pasos eran más apresurados… podía correr si quería… eso no le salvaría… lluvia… deliciosas agujas de agua… miedo… muerte… desesperación… la lluvia lo haría aún más emocionante… sonrió… eso era la felicidad… ya casi le alcanzaba… no podía escapar… no había lugar sobre la tierra donde estuviera a salvo… jamás le dejaría huir… le seguiría hasta el fin del mundo… ah… tenía tantas ganas de reír… miedo… mucho miedo… por fin… por fin le había alcanzado… sonrió… no había nada que amara más que esa mirada… llena de desesperación… adoraba la súplica… la respiración entrecortada… el miedo… era como ver a un cerdo en el matadero… era realmente divertido… se acercó… le abrazó y lentamente enterró su navaja en el costado… la sangre comenzó a brotar… caliente… espesa… húmeda… la navaja giró dulcemente y luego salió… los ojos desorbitados que lo miraban lo hacían sentir… lo hacían excitarse… lo hacían sentir un calor inexplicable en el pecho… la sangre fluía por la herida… suavemente… la vida se le escapaba a su presa… se acercó y, con dulzura, colocó sus manos sobre el cuello de ese ser que lo miraba suplicante… apretó… despacio… con fuerza… y comenzó a reír mientras la lluvia se llevaba la sangre por la coladera…

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