20090710
La pianista
Ella me sirvió una copa de vino y se sentó en el piano… lo hacía todas las tardes… el piano estaba cerca de la enorme ventana, por donde entraba una luz un tanto espectral… podía ver el cielo gris… hermoso… pero nunca tan hermoso como ella… el viento anunciaba una tormenta, era tan violento que las puntas de los cipreses se agitaban como agujas mortíferas… y aún así, me parecía que bailaban al ritmo de la suave melodía que ella me dedicaba… tomé un trago de vino y saboree ese sabor dulzón que tenía… un relámpago surcó el cielo gris iluminando todo a su paso… era inevitable la tormenta… pero que importaba, ella tocaba para mi en su piano y yo tomaba de nuevo un trago… ni siquiera ese vino igualaba la belleza de esa melodía… nada podría hacerlo, pues ella tocaba sólo para mi y sonreía mientras me tomaba yo otro trago de vino… esa tarde se veía tan hermosa… su piel blanca resaltaba tanto con ese vestido negro, tan entallado que resaltaba sus formas voluptuosas… bebí de nuevo… la música aumentó de ritmo y yo me quedé inmóvil, observándola… su rubia cabellera brillaba como los rayos del sol cada que la luz intermitente de un relámpago la alumbraba… todo eso le confería una belleza tan espectral… y yo… yo sólo podía mirar esos hermosos ojos azules… ojos que yo amaba… esos ojos que ahora ni siquiera me miraban… la música era un réquiem… muy tarde me di cuenta… la copa de vino cayó y el líquido color rubí se esparció por el piso… ella tocaba un réquiem para mi… y yo sólo lo escuchaba mientras el veneno lentamente corría por mis venas…
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