¿Sabes? No soy muy buena para hablar, nunca me salen las palabras correctas y me cuesta trabajo expresar mis ideas sin ponerme nerviosa. Y por más que he tratado de expresar esta idea que se encuentra en todo mi ser, cuando estás cerca o frente a mi, sin más, me vuelvo muda o tartamuda, que es casi lo mismo. Por eso, escribo esto, por que creo que es la única forma, la mejor manera de que esta idea salga y llegue a su destino, o sea a ti.
Hay algo en ti que me gusta, que me atrae, que me pone nerviosa y, por que no decirlo, me ataranta. Y ese algo, va más allá de lo físico, por que no he de negarlo, eres guapo y atractivo y también eso me vuelve loca, pero hay algo más. No quiero que pienses que sólo me gustas por eso, las pocas ocasiones que he estado contigo y he podido hablar me he dado cuenta que eres especial. No sé de que manera explicarlo, sólo sé que va más allá. Eres un chico inteligente, sí; pero eres también intrigante y misterioso. Tal vez sea eso.
No sé y hay días en que no lo entiendo, pero no quiero comprenderlo. No, hasta que sea tiempo y eso no tengo idea de cuando sea. Quisiera poder pararme frente a ti y decirte... decirte tantas cosas y tal vez tomar tu mano o besarte, pero me falta el valor. Soy una cobarde. NO, más bien, me vuelves una cobarde, me falla la razón, mi cerebro no trabaja de manera adecuada, y mi corazón se acelera a un punto donde, a veces, me parece que va a estallar.
Quizás esta carta nunca llegue a ti, pero si llega es que por fin dejó de importarme todo. La verdad es que no me importa mucho que pase, no pierdo nada con decirte lo que pienso y siento. No perdería nada dándote esta carta. Lo único que importa es que lo sepas, lo que pase después será... bueno será.
No quiero preocuparme por lo que pase después. Pero te advierto que no pienso quedarme con las ganas de besarte, no importa que tenga que recurrir a un asalto. Aunque supongo que así saben mejor. Hay algo de romántico en la simple idea, en la clandestinidad de un atraco a tu boca, en la posibilidad del éxito o del rotundo fracaso. Pero así es esto, tan azaroso que en el robo la que termine asaltada sea yo o simplemente tu te dejes asaltar.
Hay algo de romántico en mirarte a los ojos y sentir que me pierdo en lo intenso de tu mirada.
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